La importancia del local en un coworking

PortadaAunque en Workcase tenemos muy claro que lo más importante de un espacio de coworking es la gente que lo habita, esto no significa que cualquier oficina sirva para funcionar como coworking. Es uno de los lugares en los que más horas pasamos cada día y, sin embargo, muchas oficinas en España dejan bastante que desear en cuestiones tan básicas como la iluminación o las zonas de descanso.

Por ello, según un estudio recientemente publicado por el fabricante de mobiliario Steelcase, solo un 23 % de los trabajadores españoles está satisfecho con su lugar de trabajo. Los encuestados españoles se quejan, sobre todo, de no poder elegir dónde trabajar en función de las tareas que estén realizando en cada momento y de no tener espacios para compartir proyectos y conocimientos con los colegas. Solo el 56 % se concentra fácilmente en la oficina, lo que da algunas pistas sobre el absentismo y la falta de productividad. Otro estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) constató también que el “síndrome de la oficina enferma” afecta a un 50 % de los trabajadores en España, manifestándose, entre otros síntomas, en cefaleas, dolores de cuello y de espalda, conjuntivitis, problemas de estrés y ansiedad.

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Desde la experiencia particular de Workcase, nos gustaría apuntar algunos de los aspectos que consideramos más importantes a la hora de elegir o transformar un local en un espacio de coworking. “Otras cosas sí que las he ido modificando a lo largo del tiempo, pero la importancia del espacio físico la tuve muy clara desde el minuto número uno. Además, me pareció fundamental contar con el apoyo de un profesional para el proyecto”, nos cuenta Juan Luis Blanco, el gestor de Workcase.

  • La elección del local. Nunca está de más dedicarle tiempo a la búsqueda hasta que aparezca el local que se adapte a tu proyecto. Muchas veces nos dejamos llevar por las prisas o nos vemos condicionados por el presupuesto, pero de esta decisión dependerán luego muchas cosas.
  • Ser valientes desde el principio con el tamaño del local. Nos referimos a no pensar solo en el momento del arranque, sino en que, si algún día te va medianamente bien, el local no se te quede pequeño y tengas que pensar en trasladarte o abrir otro.
  • Antes de sentarse por primera vez con el interiorista, el gestor o los socios deben tener muy claro cuánta gente va a trabajar en el espacio. El espacio debe diseñarse pensando en el número de personas que van a trabajar allí.
  • Pensar en qué uso harán del espacio los coworkers. A la hora de abrir un coworking, te sueles centrar en la gente que va a venir y se va a poner a trabajar en una mesa. Y no, hay gente que trabaja en su mesa, pero también hay otra que trabaja en las zonas comunes, que solo viene a reuniones…

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  • No olvidar la importancia de las zonas de descanso comunes. Muchos gestores centran casi todo el espacio en los puestos de trabajo, para sacar la máxima rentabilidad, y tienden a reducir las zonas comunes. Y eso es un error. En Workcase hay más zonas de reunión y comunes que de trabajo. Esto no tiene por qué ser la norma, no tienes por qué dar a las zonas comunes más metros, pero sí que sean amplias.
  • Cuando finalizas la obra, todo está ideal y perfecto. Pero luego, con el día a día de una oficina, los locales sufren sí o sí un deterioro. Por eso nos parece muy importante hacer un mantenimiento muy activo del local. En Workcase, por ejemplo, hacemos limpieza a fondo todos los días y cada dos meses viene una persona a hacer un mantenimiento de pintura y demás.
  • Respecto a las prioridades de inversión, se deben tener muy claros cuáles son los aspectos principales y cuáles son secundarios, y centrar nuestros esfuerzos en las cosas que son fundamentales en un espacio de trabajo, como la iluminación o el mobiliario.