Nuestro coworker José Álvaro Rodríguez estrena “Mainstreamonio” en el Microteatro

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El 3 de marzo acudimos a la sala madrileña Microteatro Por Dinero para disfrutar de la última representación de “Mainstreamonio”, la obra con la que nuestro coworker José Álvaro Rodríguez ha hecho su debut como guionista en el mundo del teatro.  Bajo la dirección de Nacho Redondo, la microobra ha sido interpretada por Laura Martín y Gonzalo Carotta.

Tras la sugerente sinopsis “La verdadera historia de una pareja de cuarentones en el siglo XXI”, Mainstreamonio pone frente al espejo a un matrimonio típico, acechado por la rutina y envuelto por un universo trendy y moderno al que hace ya mucho que ninguno de los dos pertenece. El fino sentido del humor de José Álvaro retrata perfectamente el sentimiento de pérdida de estos cuarentones pasados de moda, que provocan en el espectador una mezcla de ternura y carcajada amarga.

El texto de José Álvaro fue uno de los cuatro ganadores de la última convocatoria Microfusión “Por listo”, en la que ha participado también David Trueba como autor y director. Las microobras seleccionadas para esta programación, que ha estado en cartel durante todo el mes de febrero y la primera semana de marzo, tenían en común alguno de estos personajes que se creen, o se pasan de, listos. Para quienes no lo conozcáis, el formato de microteatro consiste en la representación de una obra que dura menos de 15 minutos y ante un pequeño público de máximo 15 personas (las salitas no llegan a los 15 m2), por lo que los espectadores tienen el lujo de disfrutar de un contacto casi directo con los actores.

Desde Workcase damos la enhorabuena a José por su ingenioso estreno en el mundo del microteatro, y le deseamos mucha suerte para que su texto Mainstreamonio siga arrancando sonrisas en las distintas salas con las que cuenta Microteatro tanto dentro de España (Málaga, Sevilla, Valencia, etc.) como en Latinoamérica.

El ritmo en el inglés

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¿Sabías que en inglés las palabras solo pueden contener una sílaba fuerte? A diferencia del castellano, silábicamente acompasado, el inglés marca la acentuación únicamente en la sílaba “importante” y no en otras como las preposiciones o los artículos, que se pronuncian de manera débil. Esta es la razón por la que muchos españoles tenemos problemas para entender bien el inglés, y muchas veces –cuando escuchamos una canción o vemos una película- tenemos la sensación de que “se comen” algunas sílabas o incluso palabras completas.

Para explicarnos la importancia del ritmo en la lengua inglesa, nuestro coworker Simon Sternberg nos ofreció el jueves 22 de enero una interesantísima charla. Simon es profesor de inglés, especializado en pronunciación, y conoce muy bien los problemas de los hablantes no nativos para seguir este ritmo del inglés, casi musical.

Simon repasó los orígenes del ritmo en la lengua inglesa, desde la inspiración griega y latina a los cuentos de Canterbury, las obras de Shakespeare y un gran número de películas, canciones e incluso tweets que emplean hoy el famoso ritmo yámbico: un pie de métrica formado por una sílaba débil y otra fuerte. El inolvidable verso del soneto de Shakespeare -“Shall I compare thee to a summer´s day”- es un claro ejemplo de un pentámetro yámbico, un ritmo considerado por muchos como el más cercano a la forma de hablar natural de los anglosajones.

Conocer el ritmo del inglés es clave para poder llegar a hablarlo con destreza y que nuestros interlocutores nos entiendan y les resulte “armónico” lo que decimos. En la charla de Simon descubrimos que hay algunas películas, como “Yes” (de Sally Potter), cuyos diálogos están íntegramente escritos en yámbico. Os invitamos a que os deis una vuelta por Youtube para descubrir el ritmo en las canciones de Madonna, por ejemplo.

Próximamente, Simon impartirá en Workcase unos talleres prácticos sobre ritmo y pronunciación del inglés, abiertos a todo aquel que necesite mejorar sus habilidades comunicativas en la lengua de Shakespeare. Pronto os anunciaremos las fechas concretas.

 

 

Workcase despide 2014 con una alta ocupación y una comunidad de coworkers estable y diversa

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Todo el mundo anda estos días haciendo balance del año y elaborando la lista de propósitos para 2015, incluyendo dejar de fumar y adelgazar esos dos kilos rebeldes. En Workcase también queremos echar la vista atrás para recordar todo lo conseguido en 2014, un año muy positivo para nuestra comunidad de coworkers.

Esta es nuestra lista particular de hitos conseguidos en 2014:

  • La ocupación del espacio en Workcase ha sido muy alta a lo largo de todo el año, no bajando nunca del 80 % y llegando a colgar el cartel de “Completo”  algunos meses.
  • La media de colaboraciones entre coworkers ha sido de 3,8 al mes, lo que supone que un 22 % de los coworkers de Workcase han encontrado negocio directo.
  • Una de las características más destacadas de la comunidad de Workcase es su estabilidad, con una media de permanencia en el espacio de 7,5 meses.
  • La comunidad de coworkers de Workcase es además bastante diversa, con perfiles profesionales muy distintos que enriquecen las posibilidades de colaboración y trabajo en común.
  • A lo largo del año, se han puesto en marcha diferentes planes como el Coworker Virtual y Cowork & House, además del ciclo de charlas “Conoce a nuestros coworkers” y los ya tradicionales Desayunos Workcase.

2014 ha sido un año muy importante para Workcase porque hemos terminado de dar forma al espacio, en colaboración con la gente que trabaja en él, y hemos visto nacer muchos proyectos conjuntos. En definitiva, hemos compartido muchas cosas y espero que en 2015 sigamos colaborando y creciendo juntos”, señala Juan Luis Blanco, gestor de Workcase.

¡Feliz 2015 a todos!

 

 

“Recomiendo a todos los profesionales que estén empezando que hagan un buen vídeo para mostrarse al mundo”

Especialista en creación audiovisual, vídeo y dirección de fotografía

Perteneciente a una generación muy acostumbrada a expresarse a través de la imagen, Paola Rubio es nuestra coworker especialista en creación audiovisual, vídeo y dirección de fotografía. Tras vivir en ciudades con tanta personalidad como Nueva York o Buenos Aires, volvió a Madrid con una misión: poner el vídeo al alcance de cualquier persona que quiera comunicar una idea, contar una historia o explicar quién es profesionalmente. Hoy nos cuenta qué ha aprendido en estos años y cómo ve el futuro del vídeo digital.

Paola, cuéntanos cómo ha evolucionado tu historia profesional, ¿qué estudiaste y hacia dónde encaminaste tus primeros pasos?

Estudié Comunicación Audiovisual con la idea de seguir por el camino del cine. Al acabar la carrera, opté por seguir estudiando dirección de fotografía, que es la parte más técnica del cine en cuanto a la imagen y la que más me llamaba la atención. La crisis me pilló justo al salir de la escuela de cine y decidí irme a Nueva York para ver cómo era allí la industria y si realmente había oportunidades.

Pero descubrí que las oportunidades, si las había, eran sobre todo para los americanos. Para los europeos es casi imposible hacer realidad “el sueño americano”. Por lo menos lo intenté y viví una gran experiencia en los seis meses que estuve en Nueva York y California.

Cuando regresaste a Madrid, ¿seguiste volcada con el mundo del cine?

Sí, intenté seguir trabajando en  cine y cortometrajes. Pero no encontré mi lugar, no me gustó. Lo de trabajar gratis tiene un límite, no quería estar haciendo favores de por vida. Así que no lo dudé cuando me dieron la oportunidad de ir a Buenos Aires para trabajar en realización audiovisual para eventos. Fue allí donde descubrí realmente las oportunidades que ofrecían el vídeo y el mundo digital. Me di cuenta de que yo sola podía hacer cosas realmente buenas y funcionales para los demás, tanto para empresas como para particulares. Cuando volví de Buenos Aires, decidí olvidarme del cine, de formar parte de un equipo, y aposté por el vídeo. Internet y el digital han democratizado la expresión audiovisual.

¿Qué vídeos haces y para qué tipo de clientes?

El vídeo es un modo de expresión para mucha gente. Una de las primeras necesidades que se plantea cualquier pequeña empresa que esté empezando es explicar a los demás lo que hace. Y la mejor forma de expresión que existe hoy es un vídeo, que puede colgar en su web y en las redes sociales y compartir con potenciales clientes y socios. Antes nos hablaban de un vídeo corporativo y lo asociábamos a una inversión enorme, hoy ya no. Aunque colaboro con otros profesionales, por ejemplo para la postproducción, yo sola hago casi todo el trabajo y eso abarata mucho los costes.

También hago vídeos para grandes empresas (el año pasado, por ejemplo, realicé un vídeo corporativo para BMW) y algunas me piden vídeos de consumo interno, como puede ser un concurso para empleados o para la formación de los trabajadores de una división concreta.

Las campañas de crowdfunding es un tema en el que me estoy metiendo ahora. Todos sabemos que cuesta muchísimo conseguir financiación, así que explicar bien lo que haces o tu proyecto puede ayudar mucho. ¿Y cómo explicas lo que haces? Con un vídeo.

Para el tipo de coworkers que trabajamos en Workcase –fundamentalmente, autónomos y microempresas-, ¿nos recomiendas entonces que hagamos un vídeo de presentación?

Ese es mi objetivo en 2015: transmitir el mensaje de que un vídeo es una herramienta muy funcional para todo el mundo. Igual que cualquier autónomo o pequeña empresa lo primero que hace es crear su página web, tener un vídeo en la web también es básico.

Frente a un vídeo bien hecho, un currículum convencional no tiene nada que hacer. Pero tiene que estar bien hecho: yo te ayudo a hacer un guion, te aconsejo cómo explicarte, cómo lograr que sea algo personal y que, además, tenga mi aportación técnica, creativa y de conocimiento de la imagen. No se trata de hacer un vídeo de alguien que lee un papel, sino de hablar de forma personal a través de la imagen.  Y además este vídeo lo puedes ir luego ampliando para incluir nuevos proyectos o mensajes. Recomiendo a todos los profesionales que estén empezando que hagan un buen vídeo para mostrarse al mundo.

¿Habías trabajado en otros sitios de coworking? ¿Cómo llegaste a Workcase?

Cuando volví de Argentina, decidí montar una productora con otro compañero. Trabajaba en casa y duré dos meses. No era para mí. Paso horas y horas en internet, estudiando nuevas opciones y tendencias en el mundo del vídeo. Y estar todo el día en Internet es incompatible con estar todo el día en casa, a no ser que quieras acabar loco.

Respecto a Workcase, me apetecía mucho compartir un coworking donde no hubiera más artistas, sino que la mayoría fuesen profesionales autónomos de otros sectores. Antes siempre había estado rodeada de cineastas y artistas, y quería centrarme  en los aspectos funcionales del vídeo y de la creación audiovisual.

¿Y qué te ha aportado Workcase?

Sobre todo, salud mental (risas). Levantarme y tener un sitio al que ir. Aprender de otra gente, abrir la mente. El ratito que hablas con alguien te sirve para mucho. Estando solo, por mucho que estés en internet, no obtienes lo que te da el tú a tú y el feedback inmediato. Para mí, ha sido fundamental el coworking todo este año.

¿Es diferente la relación con la imagen de unas generaciones a otras?

Yo tengo 29 años, y cuando empecé comunicación audiovisual no existía casi ni Youtube. El cambio al vídeo digital y la revolución que ha supuesto Internet en el consumo audiovisual se ha producido en estos últimos cinco años. Con el móvil, todo el mundo hace hoy vídeos, e incluso muchas personas han aprendido a hacerlo de forma más profesional. Con la situación actual que hay en España, el autónomo y la pequeña empresa también están muy al día porque no les queda otro remedio. La imagen nos hace hablar el mismo idioma.