Conoce a nuestros coworkers

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Coincidiendo con su primer aniversario, Workcase ha puesto en marcha un ciclo de talleres, conferencias y charlas gratuitas para que los coworkers que trabajan en el espacio puedan explicar en profundidad a sus compañeros y posibles clientes la actividad que desarrollan.

Para ello, cada mes, uno de los coworkers dispondrá de la sala polivalente y de la zona de La Gruta para exponer sus proyectos y compartir inquietudes y necesidades profesionales. El objetivo fundamental es que el resto de coworkers tenga muy claro a qué se dedica y cuáles son sus puntos fuertes, por si pudiese necesitar su colaboración en cualquier proyecto actual o futuro.

Además, este ciclo de talleres pretende servir como punto de networking y generación de oportunidades. “Dado que en Workcase trabaja gente con perfiles muy diferentes, es muy fácil que en un proyecto para un cliente puedan colaborar varios coworkers, encargándose, por ejemplo, de la programación, el diseño y el posicionamiento de una web. Eso es precisamente lo que queremos facilitar con estos encuentros”, explica Juanlu Blanco, gestor de Workcase.

Sandra Centi, consultora y entrenadora personal de Comunicación, periodista, locutora y show-woman, será la primera coworker que abra el ciclo el día 2 de Octubre a las 19,00 h. Acostumbrada a formar a otros profesionales para hablar en público y perfeccionar las competencias comunicativas,  estamos seguros de que la charla de Sandra será muy entretenida y enriquecedora. No ha querido desvelarnos más detalles, así que habrá que esperar al gran día para ver con qué nos sorprende.

En breve publicaremos el calendario de eventos para que podáis anotar en la agenda los encuentros que os interesen. Estáis invitados a conocer a nuestros coworkers, ¡os esperamos!

 

 

“Los métodos de toda la vida para buscar trabajo ya no funcionan: hay que ser creativo y no esperar a que te llamen”

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En nuestra ronda de entrevistas a los coworkers de Workcase, hoy es el turno de Jose Álvaro, almeriense, experto en selección de personal y guionista. Nos ha contado cosas muy interesantes sobre el mercado de trabajo actual –especialmente, el de la informática, en el que Jose está especializado en reclutar talento para grandes organizaciones- y sobre su vocación de guionista, aunque reconoce que “el cine te da para comer, pero no para cenar”.

Aunque ahora lo compaginas con tu actividad como guionista, durante varios años trabajaste intensamente como headhunter. ¿Cómo entraste en ese mundo?

Estudié Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad de Granada. Como el cine siempre ha sido mi gran pasión, hace 9 años me vine a Madrid a intentarlo, pero no encontré trabajo en esa industria. Entonces decidí ser práctico y buscar trabajo de lo que había estudiado (los sociólogos trabajan habitualmente en selección de personal).

Empecé de becario en una consultora pequeñita que se dedicaba a la formación en lo que se denominan “cursos cantera”, y ahí empecé a hacer mis primeras entrevistas y a familiarizarme con el lenguaje informático, las bases de datos, los entornos operativos, las herramientas de desarrollo…

Porque algo curioso es que empezaste a seleccionar informáticos sin ser técnico. ¿Cómo salvabas la situación?

Una de las condiciones fundamentales al entrevistar a un informático es que no note que tú no lo eres. Conocimientos profundos sobre lo que es picar código o una infraestructura de comunicaciones no tengo, pero sí que estoy muy familiarizado con los términos y domino la situación. Como seleccionador, lo que valoro son otras cosas aparte de las  destrezas técnicas.

De esta consultora pequeña pasas ya a las grandes, ¿cómo fue tu experiencia en ellas?

He trabajado mucho con las conocidas peyorativamente como “cárnicas” y llegó un momento en el que tuve que parar. Quizás el punto de inflexión lo viví en una multinacional mexicana que tenía unas oficinas impresionantes con vistas al Bernabéu, pero que traían a profesionales de México y aprovechaban la legislación laboral de allí para pagarles muy por debajo de lo que estaba cobrando un técnico de su perfil en España. Y encima los tenían en una sala apartada, picando código como si se tratase de un taller clandestino.

Me fui a Michael Page, una empresa que me gustaba porque trabaja exclusivamente con clientes finales, sin subcontratación de por medio. Tenía que visitar empresas y hacer entrevistas a candidatos. Allí hice mucho callo, aprendí por ejemplo cómo saltar a las secretarias para hablar con los jefes. Eso sí, se trabajaba de 10 de la mañana a 8 de la tarde y se quedaba corto.

Como técnico de selección, habrás sido testigo privilegiado del cambio de condiciones laborales en los últimos años, ¿qué ha cambiado en los candidatos entre la época de las vacas gordas y la crisis?

La verdad es que el sector de la informática no ha sufrido la crisis tan duramente como se ha vivido en la educación, por ejemplo. Los informáticos siempre tienen trabajo. Lo que se ha notado es una notable bajada de sueldos. Cuando yo empecé, me encontraba con chavales que no tenían más que un año de experiencia de programación en Java y te pedían 30.000 euros al año. Hoy te encuentras incluso directivos que te dicen que están dispuestos a trabajar de lo que sea. Hay gente muy desesperada.

¿Cuándo y por qué decides dar el salto y trabajar por tu cuenta?

Trabajé durante unos años en Idential, una empresa de selección de personal. Fue una experiencia enriquecedora porque viví junto a su fundador el arranque de la empresa desde cero y llegamos a ser 50 empleados. Hoy en día es partner de HP para los procesos de selección complejos, y me siento partícipe de su éxito. Además, sigo colaborando con ellos, asesorándoles en campañas específicas.

A finales de 2013 fue cuando me lie la manta a la cabeza y decidí intentar lo del cine. Quería dedicarme exclusivamente a escribir, pero me surgió la oportunidad de compaginarlo con un trabajo en remoto para Hubtalent. Hago las búsquedas de candidatos y tengo entrevistas con ellos por videoconferencia o por teléfono.

Como guionista, estoy metido en mil proyectos: una webserie para Internet sobre un parado que no encuentra trabajo, microteatro, dos largometrajes, una novela… La escritura es una carrera de fondo y en ello estoy, haciendo músculo.

Siempre se ha dicho que es más fácil encontrar trabajo teniendo ya uno. ¿Es cierto?

Depende del perfil que esté buscando. Para alguien que está trabajando siempre es más difícil encontrar hueco para ir a las entrevistas, por ejemplo, mientras que alguien que está en el paro se mueve a cualquier parte. A todo el mundo le gusta que le adulen, que le busquen y le ofrezcan un trabajo en el que va a ganar más dinero. Pero luego, muchas veces, cuando ven que el proceso va en serio, hay personas a las que les cuesta mucho el cambio.

La idea que tenemos de un escritor es que necesita soledad para concentrarse ¿pasaste algún tiempo escribiendo en casa?

No, el mismo día que dejé el trabajo en la consultora, vine a Workcase a preguntar por los puestos de trabajo. Desde la época de la universidad,  nunca he soportado estar en una sala solo. Si estoy solo, es como si me escuchase las ideas, y me pongo nervioso. Estar rodeado de gente me activa, por eso me encanta Madrid y el metro a rebosar a las 8 de la mañana, aunque muchas personas no lo entiendan.

¿Qué te ha aportado un espacio de coworking como Workcase?

Para mi trabajo como headhunter, este espacio me ayuda mucho. Por ejemplo, tengo una sala de reuniones donde puedo hacer entrevistas a los candidatos que prefieren el cara a cara al Skype. Elegí además Workcase porque tardo muy poco en llegar desde casa y puedo venir en bici, con lo que he ganado mucho en calidad de vida.

En cuanto a las colaboraciones profesionales con otros coworkers, he presentado a nuestro experto en hojas de cálculo (Álvaro) a un par de procesos de selección, y Mónica le está haciendo a mi novia, que es psicóloga, su página y posicionamiento web.

Para terminar, ¿qué consejo les darías a quienes están buscando hoy trabajo?

Los métodos de buscar trabajo de toda la vida ya no funcionan. Para un proceso normal, en unas horas habrá 100 currículums en Infojobs. Más que ser reactivo y esperar a que te llamen, hay que ser creativo. LinkedIn, por ejemplo, ayuda mucho. Pero no estoy hablando de escribir un mensaje al responsable de selección de X empresa y mandarle el currículum en frío. Primero hay que explicar quién eres, qué empleo buscas y preguntarle si puedes enviarle el CV.

Y, por supuesto, las cartas de presentación. Yo abogo por la originalidad: en lugar de un currículum de cinco hojas, haz un vídeo de un minuto donde se pueda ver quién eres.

 

 

 

“Los métodos de toda la vida para buscar trabajo ya no funcionan: hay que ser creativo y no esperar a que te llamen”

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En nuestra ronda de entrevistas a los coworkers de Workcase, hoy es el turno de Jose Álvaro, almeriense, experto en selección de personal y guionista. Nos ha contado cosas muy interesantes sobre el mercado de trabajo actual –especialmente, el de la informática, en el que Jose está especializado en reclutar talento para grandes organizaciones- y sobre su vocación de guionista, aunque reconoce que “el cine te da para comer, pero no para cenar”.

Aunque ahora lo compaginas con tu actividad como guionista, durante varios años trabajaste intensamente como headhunter. ¿Cómo entraste en ese mundo?

Estudié Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad de Granada. Como el cine siempre ha sido mi gran pasión, hace 9 años me vine a Madrid a intentarlo, pero no encontré trabajo en esa industria. Entonces decidí ser práctico y buscar trabajo de lo que había estudiado (los sociólogos trabajan habitualmente en selección de personal).

Empecé de becario en una consultora pequeñita que se dedicaba a la formación en lo que se denominan “cursos cantera”, y ahí empecé a hacer mis primeras entrevistas y a familiarizarme con el lenguaje informático, las bases de datos, los entornos operativos, las herramientas de desarrollo…

Porque algo curioso es que empezaste a seleccionar informáticos sin ser técnico. ¿Cómo salvabas la situación?

Una de las condiciones fundamentales al entrevistar a un informático es que no note que tú no lo eres. Conocimientos profundos sobre lo que es picar código o una infraestructura de comunicaciones no tengo, pero sí que estoy muy familiarizado con los términos y domino la situación. Como seleccionador, lo que valoro son otras cosas aparte de las  destrezas técnicas.

De esta consultora pequeña pasas ya a las grandes, ¿cómo fue tu experiencia en ellas?

He trabajado mucho con las conocidas peyorativamente como “cárnicas” y llegó un momento en el que tuve que parar. Quizás el punto de inflexión lo viví en una multinacional mexicana que tenía unas oficinas impresionantes con vistas al Bernabéu, pero que traían a profesionales de México y aprovechaban la legislación laboral de allí para pagarles muy por debajo de lo que estaba cobrando un técnico de su perfil en España. Y encima los tenían en una sala apartada, picando código como si se tratase de un taller clandestino.

Me fui a Michael Page, una empresa que me gustaba porque trabaja exclusivamente con clientes finales, sin subcontratación de por medio. Tenía que visitar empresas y hacer entrevistas a candidatos. Allí hice mucho callo, aprendí por ejemplo cómo saltar a las secretarias para hablar con los jefes. Eso sí, se trabajaba de 10 de la mañana a 8 de la tarde y se quedaba corto.

Como técnico de selección, habrás sido testigo privilegiado del cambio de condiciones laborales en los últimos años, ¿qué ha cambiado en los candidatos entre la época de las vacas gordas y la crisis?

La verdad es que el sector de la informática no ha sufrido la crisis tan duramente como se ha vivido en la educación, por ejemplo. Los informáticos siempre tienen trabajo. Lo que se ha notado es una notable bajada de sueldos. Cuando yo empecé, me encontraba con chavales que no tenían más que un año de experiencia de programación en Java y te pedían 30.000 euros al año. Hoy te encuentras incluso directivos que te dicen que están dispuestos a trabajar de lo que sea. Hay gente muy desesperada.

¿Cuándo y por qué decides dar el salto y trabajar por tu cuenta?

Trabajé durante unos años en Idential, una empresa de selección de personal. Fue una experiencia enriquecedora porque viví junto a su fundador el arranque de la empresa desde cero y llegamos a ser 50 empleados. Hoy en día es partner de HP para los procesos de selección complejos, y me siento partícipe de su éxito. Además, sigo colaborando con ellos, asesorándoles en campañas específicas.

A finales de 2013 fue cuando me lie la manta a la cabeza y decidí intentar lo del cine. Quería dedicarme exclusivamente a escribir, pero me surgió la oportunidad de compaginarlo con un trabajo en remoto para Hubtalent. Hago las búsquedas de candidatos y tengo entrevistas con ellos por videoconferencia o por teléfono.

Como guionista, estoy metido en mil proyectos: una webserie para Internet sobre un parado que no encuentra trabajo, microteatro, dos largometrajes, una novela… La escritura es una carrera de fondo y en ello estoy, haciendo músculo.

Siempre se ha dicho que es más fácil encontrar trabajo teniendo ya uno. ¿Es cierto?

Depende del perfil que esté buscando. Para alguien que está trabajando siempre es más difícil encontrar hueco para ir a las entrevistas, por ejemplo, mientras que alguien que está en el paro se mueve a cualquier parte. A todo el mundo le gusta que le adulen, que le busquen y le ofrezcan un trabajo en el que va a ganar más dinero. Pero luego, muchas veces, cuando ven que el proceso va en serio, hay personas a las que les cuesta mucho el cambio.

La idea que tenemos de un escritor es que necesita soledad para concentrarse ¿pasaste algún tiempo escribiendo en casa?

No, el mismo día que dejé el trabajo en la consultora, vine a Workcase a preguntar por los puestos de trabajo. Desde la época de la universidad,  nunca he soportado estar en una sala solo. Si estoy solo, es como si me escuchase las ideas, y me pongo nervioso. Estar rodeado de gente me activa, por eso me encanta Madrid y el metro a rebosar a las 8 de la mañana, aunque muchas personas no lo entiendan.

¿Qué te ha aportado un espacio de coworking como Workcase?

Para mi trabajo como headhunter, este espacio me ayuda mucho. Por ejemplo, tengo una sala de reuniones donde puedo hacer entrevistas a los candidatos que prefieren el cara a cara al Skype. Elegí además Workcase porque tardo muy poco en llegar desde casa y puedo venir en bici, con lo que he ganado mucho en calidad de vida.

En cuanto a las colaboraciones profesionales con otros coworkers, he presentado a nuestro experto en hojas de cálculo (Álvaro) a un par de procesos de selección, y Mónica le está haciendo a mi novia, que es psicóloga, su página y posicionamiento web.

Para terminar, ¿qué consejo les darías a quienes están buscando hoy trabajo?

Los métodos de buscar trabajo de toda la vida ya no funcionan. Para un proceso normal, en unas horas habrá 100 currículums en Infojobs. Más que ser reactivo y esperar a que te llamen, hay que ser creativo. LinkedIn, por ejemplo, ayuda mucho. Pero no estoy hablando de escribir un mensaje al responsable de selección de X empresa y mandarle el currículum en frío. Primero hay que explicar quién eres, qué empleo buscas y preguntarle si puedes enviarle el CV.

Y, por supuesto, las cartas de presentación. Yo abogo por la originalidad: en lugar de un currículum de cinco hojas, haz un vídeo de un minuto donde se pueda ver quién eres.

 

 

 

“Me estoy especializando en el desarrollo de pasarelas de pago que admitan moneda virtual”

 Emprendimiento y especialización en el desarrollo de pago con moneda virtual

En un espacio de coworking  que se precie, no puede faltar el coworker informático. Nuestro compañero desarrollador es José Álvaro, un auténtico especialista en macros de Excel y Access, centrado ahora en las posibilidades de las pasarelas de pago con moneda virtual (los famosos Bitcoin). Además de salvarnos la vida informáticamente hablando, Álvaro es el humorista oficial de Workcase, con un espíritu alegre que siempre se agradece. Hoy charlamos con él para que nos cuente qué le aporta a un informático el contacto con otros profesionales.

Álvaro, cuéntanos un poco cómo ha transcurrido tu trayectoria profesional. ¿En qué tipo de proyectos has participado?

Estudié la carrera de informática a finales del siglo pasado, y desde entonces he estado trabajando en muchos proyectos de análisis de datos, revisión de código, desarrollo de aplicaciones… Al principio, trabajaba para grandes compañías -como Iberdrola, Banco Santander o Medtronic- de sectores muy diversos. Estaba especializado en Excel y Access, y lo que hacía era necesario en empresas que tuviesen un backoffice potente con mucho personal tratando información. Con el paso del tiempo, fui cogiendo experiencia y empecé a realizar proyectos como autónomo, cada vez de mayor alcance.

También eres formador, ¿qué enseñas y a quién?

Imparto una formación muy específica dirigida a personal del sector financiero y auditores. Suelen ser cursos adaptados para las necesidades de una empresa en concreto, sobre el uso y aprovechamiento de Excel y Access, por ejemplo. Como acumulo ya tantos años de experiencia, intento trasladar a la formación mi orientación a la productividad.

Ahora estás especializándote en una nueva área: las monedas virtuales. ¿Qué ofreces en este ámbito?

Es un mundo que justo está empezando. Aunque nació hace 4 años en Estados Unidos, es ahora cuando se está acelerando su uso. En Madrid, hay un par de grupos que están trabajando en ello: la Fundación Bitcoin y la Asociación de Usuarios de Bitcoin. He realizado ya mis primeros proyectos relacionados con este mundo y me interesa bastante.

Básicamente, desarrollo pasarelas de pago. Ahora mismo, por ejemplo, estoy trabajando en un proyecto para que una tienda en la que actualmente se puede pagar con PayPal, tarjetas de crédito, etc., admita también moneda virtual. Yo hago el trabajo informático (programar) pero, como este mercado está tan en pañales, también me tengo que ocupar en muchos casos de explicar a la gente qué es esto de la moneda virtual y, sobre todo, de estar aprendiendo continuamente, porque es una tecnología que evoluciona muy rápido.

Antes de venirte a trabajar a Workcase, ¿trabajabas desde casa?

He ido intercalando proyectos en el cliente con períodos largos de trabajo en casa. Los primeros 10 años de mi carrera sí que trabajé más en oficinas, pero a partir de ahí empecé a trabajar cada vez más desde casa. Y con la complicación añadida de que muchos de mis clientes son empresas norteamericanas y australianas, con lo que tenía que adaptar a veces mi jornada a la diferencia horaria para poder realizar videoconferencias o resolver dudas en tiempo real.

Trabajar como autónomo realizando el tipo de proyectos que yo hago significa, por un lado, que te puede tocar estar trabajando un sábado hasta las cuatro de la mañana. Pero, por otro, también te da la libertad para ir un martes a las cuatro de la tarde a un seminario que te interesa, algo que un trabajo de oficina típico no te permite. Te puedes organizar mejor el tiempo, aunque debes ser disciplinado.

¿Por qué decidiste entonces venirte a un espacio de coworking? ¿Qué te ha aportado?

Realmente, mi madre me echó un día de la habitación (risas). Como mi trabajo es muy individual –la máquina y yo-, estar trabajando dentro de casa implicaba que al final pasaba muchas horas en solitario. Echaba de menos que hubiese gente a mi alrededor y, sobre todo, que fuese gente en mi situación, trabajando para clientes y enfrentándose a problemas parecidos.

Dado que suelo trabajar para grandes compañías, es muy difícil que me salga un proyecto de trabajo por estar en un espacio de coworking. Sin embargo, sí que hay pequeñas cosas en las que puedo ayudar y me ayudan. Para mí, la posibilidad más atractiva que me da Workcase, aparte de la relación humana con el resto de coworkers, es poder captar cómo están otros sectores, qué tendencias están surgiendo, qué demandan los clientes…